El párroco de Nuestra Señora de la Candelaria, en la diócesis de Puerto Montt, nunca imaginó que, a pesar de llevar una vida saludable y activa, su corazón estaba al borde del colapso. Un chequeo preventivo, motivado por una visita de Mutual Pax a su diócesis, reveló que tenía cinco coronarias bloqueadas, lo que habría provocado un infarto en cualquier momento.
“Nunca tuve síntomas, pero me cuidaba”
A sus 66 años, el padre Juan siempre había mantenido un estilo de vida saludable. Comía sano, evitaba las trasnochadas y llevaba una rutina de trabajo activa. “Me cuidaba, comía bien y me mantenía en movimiento. Podaba árboles, cortaba el pasto y hacía ejercicio regularmente. Pero, a pesar de todos esos esfuerzos, mi salud estaba deteriorada sin que yo lo supiera”, confiesa.
Una rutina diaria y su dieta balanceada parecían ser suficientes para mantenerse en forma. Sin embargo, una serie de exámenes preventivos motivados por la visita de Mutual Pax revelaron una alarmante realidad oculta: su corazón estaba en grave peligro.
La visita de Mutual Pax y la detección que le salvó la vida
La llegada de Mutual Pax a la diócesis fue el impulso que llevó al padre Juan a realizarse un chequeo preventivo el 26 de agosto de 2024. “Nunca imaginé que estaba tan mal por dentro. Los exámenes revelaron que tenía cinco coronarias bloqueadas, y era necesaria una cirugía de bypass coronario”, relata.
El cardiólogo que revisó los resultados fue contundente: si no se hubiera realizado el chequeo, habría sufrido un infarto en cualquier momento. “Me dijo que había sido un milagro detectarlo a tiempo, porque no presentaba síntomas evidentes”, señala el sacerdote.
Debido a la gravedad de su condición, el padre Juan fue hospitalizado de urgencia y trasladado en avión ambulancia a Santiago, donde un equipo médico de la Clínica de la Universidad Católica le realizó la cirugía. “Fue un proceso muy rápido. Gracias al diagnóstico temprano, pudieron operarme inmediatamente. Estoy muy agradecido por la atención que recibí”, comenta.
El envejecimiento del clero y la urgencia de la prevención
La experiencia del padre Juan no es única. En Chile, la edad promedio de los sacerdotes supera los 60 años, y muchos enfrentan enfermedades crónicas como problemas cardiovasculares, diabetes y cáncer. Lamentablemente, estas condiciones suelen ser detectadas en etapas avanzadas, cuando los síntomas ya son evidentes y las posibilidades de recuperación, más limitadas.
El padre Juan hace un llamado urgente a sus compañeros sacerdotes: “No esperen a sentirse mal para hacerse un chequeo. La prevención es clave, y Mutual Pax está para apoyarnos en este proceso. Todos los sacerdotes deberían gestionar su chequeo preventivo en el centro de salud más cercano a su diócesis. Esto puede salvar vidas”, enfatiza.
Para más información, los interesados pueden contactar a Mutual Pax a través de su página web o directamente en sus oficinas para coordinar estos exámenes preventivos. (mutualpax.cl)
El papel de la comunidad y el empoderamiento laical
Durante su recuperación, el padre Juan ha podido valorar profundamente el apoyo de su comunidad. “Mi parroquia nunca dejó de rezar por mí ni de organizar actividades. A pesar de mi ausencia, las misas y las labores pastorales continuaron gracias a la dedicación de los fieles”, comenta con gratitud.
El sacerdote destaca la importancia de empoderar a los laicos, recordándoles que la misión de la Iglesia no depende solo del sacerdote: “Siempre les digo que la parroquia es de ellos, y que deben organizarse para que las labores sigan adelante, incluso si yo no estoy”.
Un llamado a la reflexión y a la acción
El padre Juan reconoce que esta experiencia le ha cambiado la perspectiva sobre el cuidado de la salud, especialmente entre los sacerdotes. “Nosotros predicamos a los fieles sobre la importancia de cuidarse, pero muchas veces no aplicamos esto a nosotros mismos. Los exámenes preventivos son vitales, aunque nos sintamos bien”, reflexiona.
Hoy, mientras sigue en proceso de recuperación, el padre Juan valora más que nunca su misión y su vida. “Quiero transmitir a mis hermanos sacerdotes que no esperen a que sea demasiado tarde. La prevención es la clave para cuidar nuestra salud y poder seguir sirviendo al pueblo de Dios”, concluye.